Pedir coaching es declarar que hay algo que no sé. Que mi actual forma de ser no me permite ver que es lo que no está funcionado en mí para lograr el resultado que estoy buscando, en definitiva, para traspasar lo que llamamos un quiebre.
Las personas utilizamos la palabra problema para referirnos a eso que nos pasa, a lo que ocurrió y debe solucionarse para poder seguir nuestro camino.
Un problema no es algo que existe independientemente de nosotros, somos nosotros mismo quienes les damos forma, quienes lo configuramos como grave, fácil, feo, triste, porque el problema vive en nosotros, somos parte de él. De esta manera, lo que para alguien constituye algo problemático, para otro puede no serlo.
En nuestro fluir de la vida, nuestras acciones cotidianas pasan de forma a veces desapercibida y atentos a que ocurra siempre lo que esperamos que ocurra. Cuando algún acontecimiento rompe con ese fluir de mis acciones, se produce un quiebre en nuestra vida del que somos parte y, por lo tanto, somos nosotros mismos los que podemos avanzar para traspasarlo. No hay nada que solucionar afuera, hay algo que traspasar. Si no podemos ver el camino, podemos pedir asistencia a alguien con habilidades para mostrarnos lo que no estamos pudiendo mirar y que produzca resultados distintos.
“Pedir coaching no es pedir datos lógicos. Es pedirle preguntas a la vida, declarando que la paz puede encontrarse en la incertidumbre de soltar el alma en la ruidosa confusión del universo”.
Un coach es alguien que va a acompañarte, a escucharte y a cuidarte para que tu paso por ese quiebre sea exitoso. El coach va a hacerte preguntas dirigidas a que tú logres diseñar los caminos que necesitas recorrer, luego de escucharte y determinar quien estas siendo y quien necesitas ser.
Por: Lic. Guillermo Ruiz Braga, coach ontológico profesional.
Director de La Red Coaching
Contacto: guillermoruizb@gmail.com 
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